Vivir con lipedema no es fácil. Durante años, muchas mujeres conviven con cansancio, dolor e hinchazón sin tener un diagnóstico claro. Así fue la experiencia de Laura, creadora de Vitalmente Mía, quien tras descubrir que lo que le ocurría tenía nombre —lipedema— decidió transformar su camino personal en una fuente de acompañamiento y recursos para otras mujeres que pasan por lo mismo.

Hoy, a través de sus charlas y de su guía digital, comparte herramientas prácticas para mejorar la calidad de vida con lipedema, poniendo el foco en algo clave: la alimentación antiinflamatoria y, en especial, el papel de la proteína.


¿Por qué la proteína es tan importante en el lipedema?

El lipedema es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a piernas, glúteos y brazos. El tejido graso que se acumula es resistente a dietas y ejercicio convencionales, por lo que es necesario un enfoque nutricional diferente.

En este contexto, la proteína es fundamental porque:

  • Ayuda a mantener y construir masa muscular, mejorando la circulación linfática.
  • Reduce la inflamación sistémica si se eligen fuentes adecuadas como pescado azul o tofu.
  • Favorece la saciedad y evita los picos de insulina que agravan la inflamación.
  • Contribuye a la reparación de tejidos, algo esencial en una enfermedad que cursa con dolor, hematomas y retención de líquidos.

En resumen: más proteína, menos inflamación; más músculo, menos dolor.


¿Cuánta proteína necesita una mujer con lipedema?

Según la guía de Laura, las mujeres con lipedema pueden requerir entre 1,5 y 2 g de proteína por kilo de peso saludable al día, un poco más que una persona promedio.

Por ejemplo:

  • Una mujer de 60 kg debería consumir entre 90 y 120 g de proteína diarios.
  • Una mujer de 80 kg debería consumir entre 120 y 160 g.

Este cálculo siempre debe ajustarse de forma individual, preferiblemente con la ayuda de un profesional.


Fuentes de proteína recomendadas

Laura insiste en que no solo importa la cantidad, sino también la calidad de la proteína. Algunas opciones son:

  • Proteína animal: huevos, pollo, pavo y pescado azul rico en omega 3.
  • Proteína vegetal: tofu, tempeh, legumbres combinadas con cereales integrales, semillas de chía o cáñamo.
  • Suplementos proteicos: whey protein, whey aislado o proteína vegetal (guisante, arroz, cáñamo), especialmente útiles en mujeres activas o que entrenan fuerza.

Vitalmente Mía: acompañamiento real y sin extremos

A través de Vitalmente Mía, Laura busca que cada mujer con lipedema encuentre un espacio de comprensión y apoyo, sin dietas extremas ni juicios. Su enfoque es realista: pequeños cambios sostenibles que permitan mejorar la energía, reducir la inflamación y aprender a escuchar al cuerpo.

En su guía gratuita, disponible para descarga, incluye recetas fáciles, snacks proteicos, un reto de 5 días y una plantilla para registrar progresos de manera sencilla.


Conclusión

La proteína no es una moda: es una aliada indispensable para vivir mejor con lipedema. Y gracias a proyectos como Vitalmente Mía, cada vez más mujeres cuentan con información clara y acompañamiento honesto en este proceso.

👉 Si quieres acceder a la Guía práctica sobre proteína y lipedema de Laura, puedes hacerlo directamente desde su web y comenzar hoy mismo a dar un paso hacia el autocuidado con compasión.

Scroll al inicio
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.